Pensiones, economía y el votante mediano
Miguel Ricaurte Economista jefe Banco Itaú
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Miguel Ricaurte
La reforma constitucional que abrió la puerta al retiro del 10% de los fondos de pensiones acumulados en las cuentas de capitalización individual tendrá importantes efectos en la economía. Vimos movimientos acotados en precios de activos –tasas de interés y monedas–, pero ello ocurrió en presencia de factores mitigantes. Además, puesto que parte los dineros que se retiren de los fondos de pensiones se inyectarán a la economía, habrá un efecto positivo en términos de mayor consumo y crecimiento. Pero también es probable que se generen cambios en las preferencias de los consumidores respecto del sistema previsional.
En lo económico, la reforma ha tenido un impacto acotado en los mercados financieros. Los movimientos transitorios y relativamente limitados en las tasas de interés y del tipo de cambio son producto de la acción proactiva de las autoridades y la estrategia de liquidación de activos financieros adoptada por los administradores de pensiones. Esto aun cuando los primeros pagos a casi 9,5 millones de solicitudes aprobadas (85% de los afiliados) ya habría ocurrido, tras la venta de activos por unos US$ 12 mil millones o casi 5% del PIB. Un Banco Central que ya ha inyectado liquidez no convencional por cerca del 10% del PIB para enfrentar al Covid, y los anuncios de medidas adicionales –como la compra de bonos y de depósitos bancarios, recompra de deuda del BC y la nueva autoridad para comprar deuda pública en el mercado secundario–, le han dado tranquilidad al mercado en el corto plazo.
Además, este retiro llevaría a mayor actividad y mejoría del sentimiento privado. Puesto que parte de los recursos retirados se destinarían a mayor gasto, a lo que además se suman otras transferencias directas a los consumidores, habrá un mejor desempeño del consumo y mayor crecimiento. El comercio está anticipando, por ejemplo, una excelente versión del período de ventas “Cyber”. Estimamos que entre 1% y 1,5% de mayor crecimiento este año y el próximo provendría del gasto parcial de los retiros de fondos previsionales. De hecho, una mayor confianza del consumidor en agosto estaría dando cuenta de dicho fenómeno, puesto que la evaluación sobre la compra de bienes del hogar mejoró casi 10 puntos desde julio, liderando las alzas dentro del indicador total.
Los efectos del retiro también cruzan el umbral de la economía política. Haber dado acceso a los fondos previsionales podría reforzar el entendimiento de que la propiedad de estos recursos es individual y no colectiva o de las administradoras de fondos de pensiones. Esto podría incrementar el apoyo público a una reforma previsional del corte de la que se encuentra en el Congreso, que robustece el pilar contributivo y también fortalece el esquema de capitalización individual. Pero también hay otra alternativa. El retiro del 10% implica que algo más de ¼ de los cotizantes quedará con saldo cero en su cuenta de capitalización individual. En ausencia de medidas complementarias, estos cotizantes perderían poco en el escenario de una reforma previsional de cambios más profundos al sistema, como las llevadas a cabo en otros países de la región en años recientes.
Reformas legales pueden alterar las preferencias del votante mediano, aquel que decide en cualquier elección. En el caso de las pensiones, el cambio puede hacer menos relevante al actual sistema de pensiones para cerca de un cuarto de los potenciales votantes, lo que en lugar de reforzar el apoyo de la población a dicho sistema, podría debilitarlo.